sábado, 30 de noviembre de 2013

MUSICA DA RECORDARE...



                    Y, cuando te das cuenta, tienes que volver a la normalidad diaria, no ahora, nosotros seguiremos con este mi viaje, contando y visitando sitios nuevos, pero, incluso aquí, tocará volver...


                    Te toca regresar a casa y, ya en el avión, recuerdas cada momento que has pasado, lo que has visto o lo que te ha quedado por ver... ese rincón que se te ha quedado "pillado" y en el que habrías pasado horas y horas sentado/a, dejando transcurrir el tiempo, sin prisa, como si nada, en ningún lado, fuera tan importante como disfrutar de ese momento. Aquella noche, cerca del Panteón o ese atardecer en el giardino degli aranci, mirando al infinito, con la ciudad a tus pies...


        Todos tendemos a poner una banda sonora a nuestras vidas, cualquiera de nosotros imagina un momento de su propia historia y, seguidamente, como con un vínculo emocional, aparece una canción, una pieza musical que relacionamos directamente... el primer día de instituto, el primer día que lo/la vi, ese viaje que, con tanta ilusión, preparé, un primer triunfo o una primera derrota... En los viajes reducimos esa experiencia vital a un microsegundo, un instante en nuestras vidas pero que, como en el resto, llenamos de música en nuestra cabeza y que luego, de forma inseparable, asociamos a todo un conjunto o a un solo momento de esa experiencia... Roma no es distinta, todo suena a música, en la calle, en los bares, en cualquier sitio hay alguien tocando algún instrumento, silbando una melodía o cantándola... Puede que sea el carácter latino o el italiano o, incluso, el romano, pero, no nos engañemos "una razza, una faccia", con ligeras diferencias. La música forma parte de nuestra cultura y nos acompaña cada minuto de nuestra vida...


        

                 No se cual será la música que os acompañará u os ha acompañado en vuestro "viaje", no se cual es el recuerdo que asociáis a cada canción o que canción a cada recuerdo, pero, en mi caso, son cientos las canciones o las melodías que me acompañan cada día. Una de mis actividades favoritas, cada vez que visito la Cittá es hacer una "incursión" en La Faltrinelli y hacerme con unos cuantos cds de los que no puedo comprar en España, los mismos que luego repaso una y otra vez en casa y que me hacen volver a revivirlo todo, sinceramente, os lo aconsejo, aunque tampoco está mal ir preparado con una batería de buenas canciones para ir escuchando por la calle (cuidado con el tráfico).


        Solo quería poneros algo de música, algo de lo que escucho para recordar y encontar MI ROMA, no es, como podéis ver música muy convencional, pero es la que más me gusta y, bueno, me han salido todo voces femeninas, aunque también hay alguna masculinapor ahí... No puede faltar un Masini o un Baglioni, incluso algún Battisti o Jovanotti... (seguro que olvido a más de uno). Pero y esto es desde el principio, lo que no puedo evitar tararear cada vez que dejo Roma es aquella vieja melodía del querido Claudio Villa...




          Buen viaje a todos y buena música en vuestra vida...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

UN JARDIN CON HISTORIA...




            El objetivo del viaje, como ya he dicho, era descubrir nuevos sitios, visitar lugares que, por un motivo u otro, me había sido imposible ver en mis viajes anteriores a Roma, bueno, no negaré que me fue imposible dar una vueltecita por algunos sitios que, a pesar de tenerlos ya muy “trabajados”, me resulta imposible no ir, más que nada porque, a través del tiempo, he descubierto que nunca son iguales, siempre se descubre algo nuevo en lo que antes no te habías fijado (caso del Castell de Sant’Angelo) o, simplemente, con otra luz, otro momento del día o incluso otra estación, parece radicalmente distintos…

            Uno de los sitios que no había conseguido visitar con anterioridad, a pesar de conocer su existencia desde hace bastante tiempo, es el que nos ocupa ahora, un sitio que, por su estacionalidad, es imprescindible un tiempo y un momento adecuado para disfrutarlo como es debido. Es un jardín de rosas en pleno centro de Roma, bueno, no es un simple jardín de rosas, es EL Jardín de Rosas, es la colección de rosas más grande de Europa, con más de cien tipos distintos de especies, es un museo al aire libre, es el “Roseto Comunale di Roma”.


            Este jardín, que abre sus puertas todos los días desde mayo a octubre, tiene una larga historia, creado en 1931, su anterior ubicación fue cerca del Coliseo, pero fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial. En 1950, el Ayuntamiento decidió reconstruirlo, pero carecía de un terreno lo suficientemente grande en el centro de la ciudad para instalarlo, de forma que, en acuerdo con la comunidad hebraica de Roma, se decidió instalarlo en su ubicación actual, terreno que había sido anteriormente el cementerio judío, el cual fue trasladado en 1936 al Cementerio del Verano.

            Para homenajear a la comunidad judía que había cedido el terreno, a la entrada del jardín podemos ver, en el suelo, una loseta con la Estrella de David y las calles que lo conforman fueron diseñadas imitando los brazos del menorá o candelabro ceremonial judío…, me parece una homenaje francamente bonito…


         Se encuentra justo al lado del Circo Máximo, enfrente del Palatino, podréis encontrar su entrada junto al gigantesco monumento a Giuseppe Mazzini. El  jardín, de unos 10.000 metros cuadrados, está dividido en dos zonas por una calle asfaltada (Via di Valle Murcia), en la primera zona podremos encontrar una muestra de las variedades que permiten contemplar la evolución desde la antigüedad hasta la actualidad. Esta sección, además, se subdivide en tres secciones más, a saber: 1.- Rosas botánicas. 2.- Rosas antiguas. 3.- Rosas modernas.

-                              La segunda zona, más pequeña, está dedicada a rosas de nueva creación, de hecho, cada año se organiza un concurso el “Premio Roma”, en el que participan  rosas traídas de todo el mundo, permaneciendo en este jardín expuestas durante dos años.


Dar un paseo por este jardín una mañana de sábado  del mes mayo, como tuve la oportunidad de hacer yo, con solecito (creo que debió ser uno de los pocos días en que lo hizo), es algo totalmente inexplicable…, los colores, los olores, el murmullo de la gente (murmullo de gente en un parque, algo a lo que no estamos acostumbrados en España, lo se) y el Palatino de fondo… Me faltaba mi banda sonora, otra vez, que, teóricamente debería de estar sonando en mi ipod, que traía preparada desde casa y que dejé olvidado en el avión, nada es totalmente perfecto, pero, hay momentos que se acercan mucho.

No pude evitar volver la vista más de dos veces cuando me alejaba por la Via di Valle Murcia en dirección a Via Santa Sabina para subir a la Piazza dei Cavalieri di Malta, otro de esos sitios pendientes…

Por cierto, algo de historia clásica de Roma... El área situada a la derecha de la Via di Valle Murcia, en la ladera inferior de la colina del Aventino, es donde se encontraba el templo de la antigua diosa romana Flora.


Flora, la diosa de las flores, la vegetación y la fertilidad, era la encargada de proteger la floración de los cultivos y las flores y se representaba, según Ovidio, como la diosa "coronada con guirnaldas de mil flores"

Flora fue considerada una diosa menor, sin embargo, en su honor, se celebraban las Floralias o Ludi Florales todos los meses de abril (según el calendario establecido por Julio Cesar, desde el 28 de abril al 3 de mayo).


            Os propongo un reto, si tenéis a bien hacer una visita a este jardín, debéis encontrar una de las variedades de rosa más extrañas que se conoce y que si que podréis “disfrutar” en este jardín, su nombre es Rose Phoetida y su característica fundamental es que su belleza es solo superada por el terrible olor que despide, curioso, no?

martes, 15 de octubre de 2013

DIARIO DE VIAJE. CASI CUATRO DIAS SOLO POR ROMA



4ª  PARTE.-

           
            La idea principal, el destino que me había trazado para este día era, fundamentalmente, visitar los Museos Capitolinos, especialmente el Palazzo dei Conservatori (el que está a la derecha conforme subes por la “cordonatta”) y luego…, bueno, luego ya iremos viendo, quizá pasar por el Rosetto Municipale que se encuentra junto al Circo Máximo…, en fin, para todo hay tiempo o para casi todo…

            Lo principal era el Palazzo dei Conservatori. Desde el Area Sacra, donde me encontraba, hay mil y una forma de llegar al Capidoglio (bueno, supongo que para llegar a cualquier sitio siempre mil y una forma, la cuestión es la elección que hacemos…), pero, por algún motivo, siempre escojo la misma, quizá porque es la más corta o quizá por costumbre, el caso es que lo más fácil es subir por Via della Botteghe Oscure. A ver, lo más lógico para un español es pensar que a quién se le ocurrió ponerle este nombre a la calle, una calle a una botella oscura?, va a ser verdad lo que decía Asterix y estos romanos van a estar locos de verdad… Pues no, veamos, la traducción, más o menos libre, del nombre de esta calle sería “calle de las tiendecitas oscuras” y debe su nombre a que, en esta calle, había gran cantidad de tiendecitas y talleres sin ventanas (oscuras por tanto). Aunque, en la Florencia del siglo XV también se denominaban Botteghe a los talleres de los maestros escultores y pintores, pero eso es otra historia…

            El caso es que esta callecita (tiene un gran tráfico pero es más bien cortita) está llena de historia. Además de hacer de “frontera” entre el Barrio de Sant’Angelo y el de la Pigna, en ella se encontraba, durante la segunda guerra mundial, la sede del Partido Comunista de Italia (llamado, por esto, Bottegone), en el número cinco, si no recuerdo mal. Además, a mitad de calle, en la acera de la derecha (conforme subimos a Plaza de Venecia), se encuentra también la entrada al Museo de la Cripta Balbi, que, actualmente, es una de las sedes del Museo Nacional Romano y que, francamente, es bastante interesante visitarla, originalmente la Cripta Balbi estaba compuesta por un teatro, un bloque de cuatro pisos y un patio. Construido entre el año 19 y 13 a.C. bajo las órdenes de Lucius Cornelius Balbus, el teatro poseía una cripta que era el lugar en el que la gente se refrescaba y tomaba algo durante los descansos de las representaciones (una tasquita, vamos), a veces, si tienes suerte, te encuentras con alguna exposición temporal, en mi caso, era una de artículos de uso cotidiano en la Roma tardía, además, creo que hay visitas guiadas los fines de semana, previa cita (los lunes está cerrado). Si no recuerdo mal, la Cripta está ligada a una leyenda negra romana, según se dice era lugar escogido por la nobleza del “ocultista” siglo XVII, para efectuar oscuros ritos mágicos, aunque también se dice que está muy vinculada al renacimiento en aquella época de los cultos mitráicos que, ya en la Roma imperial, eran muy seguidos… pero de eso hablaremos en otra ocasión.

            En fin, que, continuando con nuestro paseo, nos plantamos en Via del Teatro di Marcelo, junto al Altare della Patria o Vittoriano o la Olivetti o la Torta Nuciale o…, en fin, los romanos le han puesto multitud de nombres a este monumento que, aparte de bromas, merece la pena visitar ya que tiene un museo en su interior bastante interesante y, además, permite ver la plaza desde un punto de vista más alto… CONSEJO IMPORTANTE, tratad de subir a su terraza, las vistas desde allí de la piazza, de los mercados de Trajano, foros romanos y… en fin, es IMPRESIONANTE!.

            Dejando a un lado (Dios me lo perdone y vosotros también, más que nada porque ya hemos hablado de ella) Santa María in Aracoeli y su “infartante” escalinata, comenzamos a subir por la no menos impresionante “cordonata” de Miguel Angel que, aunque parezca lo contrario, no es una escalera en si, es realmente una calle en pendiente, con una especie de escalones pero más anchos que permitían que pudieran subir burros o mulas o caballeros sin bajarse de sus monturas… Mira, dejémonos de tonterías, es una escalera con los peldaños más anchos para permitir que subieran y bajaran animales de carga y caballos. Hay quien dice que su nombre, codonata (del italiano cordone que significa cuerda), le viene por los cordones que había tendidos en el suelo desde un lado al otro de la escalera a fin de que, en los días de lluvia, los animales no resbalaran, la verdad es que cordone también hace referencia a un elemento arquitectónico compuesto por franjas transversales de ladrillo o piedra y que se ponen en los suelos lisos para mayor agarre o para decorar, a mi, personalmente, me gusta más la primera idea, me parece más… imaginativa. En cualquier caso, esta genial “escalera” ideada por el Maestro Miguel Angel nos da acceso a la plaza del Campidoglio.

            Al inicio de la subida, lo primero que nos encontramos son dos leones, de origen egipcio, de basalto negro, pero, si nos fijamos, a media subida en el lado de la izquierda, nos encontramos con otra escultura, esta dedicada a Cola de Rienzo (Nicola Gabrini), un curioso personaje romano nacido en 1313 y que propuso el regreso a la República Romana, sin embargo, las medidas crueles y arbitrarias que adopto durante este nuevo periodo, provocaron que, en 1354, se produjera una alzamiento popular (no sin ayuda o instigado por los Colonna, de los que no era muy amigo), que provocó su detención y decapitación, tras lo cual, su cadáver fue quemado y sus cenizas arrojadas al Tiber (las cosas en Roma o se hacen bien o no se hacen…).

            Al final de las escaleras nos encontramos con dos monumentales esculturas de la época clásica dedicadas a los Dióscuros (en griego Dióscuros significa “hijos de Zeus”), o sea Castor y Polux (una a cada lado), muy parecidas a las que podremos ver en la Piazza del Quirinale, por cierto, que, según la mitología, eran hermanos de Helena de Troya, aunque, como siempre suele pasar en la mitología, la verdad es que no queda nada claro quien fue su padre (su madre si, esta fue Leda, esposa de Tíndalo de Lacedemonia… ea!.

            Y junto a cada una de las estatuas de los Dióscuros, encontramos otro grupo escultórico denominado “Los trofeos de Mário” (I trofeo di Mario), procedentes de un ninfeo  que, con ese mismo nombre, parece ser que se encontraba en la Piazza Vittorio Manuele…

            Y, por fín, llegamos a la Plaza del Campidoglio…, encargada por el Papa Paulo III a Miguel Angel para conmemorar la visita de Carlos V a Roma y, bueno, para poner un poco de orden en esta colina que, a pesar de ser uno de los centros espirituales más importantes de la Antigua Roma (en la colina Capitolina era donde se encontraba el templo de la Triada Capitolina, fin de todos los desfiles triunfales y jefe del panteón romano), se había dejado un poco de la mano y, en aquella época, era conocida como “colle caprino” (colina de las cabras). De forma que Miguel Angel proyectó una plaza que se abría hacía San Pedro, en lugar de hacia el foro romano, como hasta la fecha, significando así la posición que el nuevo poder espiritual ocupaba. En la plaza no es que no hubiera nada con anterioridad a su proyecto, de hecho, ya existía el Palazzo Senatorio (construido sobre el antiguo Tabularium romano) y el Palazzo dei Conservatori (antiguamente llamado también Palazzo  Caffareli), el cual, según unos, debe su nombre a que era la sede de la Magistratura de la ciudad (Conservatori dell’Urbe), que, junto con el Senado, administrava la Ciudad y, según otros, pertenecía a las scholae (gremios), que tenían, en la primera planta su sede administrativa y judicial. La importancia de la administración municipal de obras y de conservación hizo que, en el siglo XV, diera su nombre al palazzo. Pero, quizá, lo que más llame la atención es que está construido sobre el templo de Jupiter Optimus Máximus, de los que, aún, se pueden ver restos en su interior.


            Miguel Angel, como ya hemos dicho, recibió el encargo de rediseñar la plaza que, por cierto, tiene forma trapezoidal, no ovalada como parece, así que reconstruyó la fachada del Palazzo Senatorio, añadiéndole la doble escalera y la fuente con las estatuas que representan a los dioses de los ríos Tiber y Nilo, en la hornacina central esta la Dea Roma, una composición de dos estatuas antiguas de Minerva, el campanario se añadiría en el siglo XVI. También diseñó un nuevo frontal para el Palazzo dei Conservatori, el Palazzo Nuovo (el de la izquierda), el cual diseñó como una copia del dei Conservatori, para dar estabilidad al conjunto y, de paso, tapar un poco el muro que daba a la plaza de Santa María Aracoeli, que había quedado se veía “feucho”… También diseñó el suelo en forma de estrella y mandó traer la estátua ecuestre de Marco Aurelio desde la Plaza de San Juan de Letrán, para que fuera el centro del nuevo diseño (por cierto, que la que hay ahora es una copia, el original está en el Palazzo dei Conservatori) y que, además, es la única estatua ecuestre que queda de la época clásica, el motivo es simple, hasta hace poco se pensó que la estatua estaba dedicada a Constantino, el primer emperador cristiano, así que no la fundieron como las demás…, luego se descubrió que era Marco Aurelio. Por cierto, parece mona la estatua, verdad? El caballo con la patita levantada y el emperador con la mano alzada en pose magnánima…, pues según los arqueólogos, a la estatua le falta algo, parece ser que, debajo de la pata levantada del caballo, había una cabeza de un bárbaro (de bronce, claro), así que esto da un nuevo sentido a la actitud del emperador, verdad?. Además, hay una leyenda sobre esta estatua, bueno, sobre la de la plaza no, sobre el original que hay en el museo. El original estaba totalmente cubierto de oro que, con el tiempo, ha ido desapareciendo, pues dice la leyenda que, cuando la estatua aparezca nuevamente cubierta de oro, será el momento del fin del mundo…

            Otra pequeña curiosidad, a la izquierda del Palazzo Senatorio (que, por cierto, ahora es el Ayuntamiento de Roma), podréis encontrar, sobre una columna, a la Loba Capitolina…, seguro que os decepcionará al verla tan pequeña y tal…, no es la original, eh?, esa está también en el Palazzo dei Conservatori (por cierto, que los dos chavales amamantándose, Rómulo y Remo, de la loba los añadieron posteriormente, esos no estaban en la original) y por la derecha del mismo palacio accederéis a un mirador que tiene una de las mejores vistas que hay del Foro Romano (si luego quereis bajar por esta callecita, llegareis al Foro Oliario y al Foro Boario).

            En fin, que os aconsejo que “perdáis” un poco de vuestro tiempo entrando en los Museos Capitolinos, merecen muchísimo la pena, sobre todo el dei Conservatori, no debéis perderos la Galería Lapidaria, que une el Palazzo dei Conservatori con el Senatorio y que os llevará directamente a pasear por el antiguo Tabularium. 

            Dos curiosidades más, el conjunto del Campidoglio fue terminado en el siglo XVII, por lo que Miguel Angel lo proyectó pero no pudo verlo terminado (de eso se encargaría Giacomo della Porta y, segundo, estos son los museos públicos más antiguos del mundo, fundados con la colección del papa Sixto IV allá por 1471, aunque fue el papa Clemente XII, en 1734, el que ordenó que se abriera al público.

            Un paseo por la plaza para ir abriendo boca?, venga: Plaza del Campidoglio

            Y una visita virtual a los museos?, no es lo mismo que verlo en directo, pero para ir matando el gusanillo... Museos Capitolinos

martes, 8 de octubre de 2013

GALERIA DE FOTOS.

           Bueno, pues tras mucho pelearme con Blogger, no he conseguido poner directamente en el blog las fotos como yo quería, de manera que he creado un album en Picasa y os pongo el link para que podais verlas... Que le vamos a hacer, es inútil discutir con un programa, no vas a llegar a ningún acuerdo con él.

            Espero que disfruteis las fotos como yo disfruté haciéndolas y... dado que me está costando un poco más de la cuenta continuar con el "Diario de Viaje" (me pierdo, es que me pierdo..., pero ya estoy terminando otra entrega), mataremos nuestro "mono" de Roma con unas cuantas imágenes. Eso si, no son muchas, solo unas 55... jejejejeje

Solo pulsad en la imagen

martes, 30 de julio de 2013

DIARIO DE VIAJE. CASI CUATRO DIAS SOLO POR ROMA



          3ª PARTE.-


               Una de las pegas que tiene Roma, como ya he comentado alguna vez, es que amanece una hora más temprano. Esto quiere decir que, a eso de las 6,30 de la mañana ya es de día, lo que nos lleva a que, a las 7 de la mañana, te entra el sol por la ventana como si fueran las 10 de la mañana, lo que te produce un cierto “descoloque” horario… Yo que, como las gallinas, en cuanto que sale el sol ya estoy despierto (no soy de mucho dormir, lo reconozco, en cuatro o cinco horas de sueño encuentro más descanso que muchos en diez), me encontraba dando saltos en la cama a esas horas, lo que me permitía aprovechar mucho cada día…

                        Como he dicho, normalmente, a las 7 de la mañana estaba ya en pie, una duchita, un cafelito recién hecho (no agradeceré bastante a la dueña del apartamento que me proporcionara café y una pequeña cafetera tipo italiano), un último repaso al plan para el día y a la calle!.
          
 
Creo que ya he comentado que, en este viaje, he realizado lo que considero uno de los mejores descubrimientos de Roma, se llama Sant’EustachioIl Caffe, sin lugar a dudas el mejor café que he probado en mi vida y, si bien es cierto que, es una cafetería pequeña y, normalmente, llena de gente, a las 8 de la mañana solo estaba yo y los tres camareros que atienden (dos a las cafeteras y uno a la caja), de forma que puede uno disfrutar con tranquilidad. Como curiosidad, os contaré que las dos cafeteras que tienen están de espaldas a la gente, según cuentan, para que no se sepa que mezcla usas y como lo hacen, yo no se si eso será verdad o no (de hecho, en la misma cafetería te venden café al peso, además de diversos adminículos relacionados con el mundo del café, tazas, pequeñas cafeteras, juegos completos de café, incluso galletas y pastas), lo que si es cierto es que tomarse en este sitio un “espresso dopio” o como le dicen ellos “gran espresso” es casi una experiencia mística (eso si, te cascan 2,60 euros) y si te gusta el café, ya es decir mucho esto, pero ver como, en una tacita son capaces de meter la mitad de café y la mitad de espuma en un café sin leche, el olor que desprende, el sabor (por cierto, te preguntarán antes de hacerlo “con zuchero o sensa zuchero?”, ya a gusto de cada uno, a mi el café, como decía Talleyran “El café deber ser caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como un ángel y dulce como el amor”, así que, siempre, con zuchero), en fin, CITA OBLIGADA, eso si, como ya he dicho, a primera hora es más fácil disfrutar del café con tranquilidad…


            Después de un buen café (yo no suelo desayunar nada sólido, me resulta imposible comer a primera hora de la mañana…), iba siendo hora de acudir a mis dos citas obligadas de hoy y que venía previstas desde España, así que, me dirigí, tranquilamente, eso si, hacia el Campidoglio.

            Quizá tendría que aclarar antes un par de cosillas, verás, yo no soy una persona muy religiosa (bueno, para que engañarnos, nada realmente), pero me gusta respetar las tradiciones e incluso cumplir con alguna de ellas, aunque sean estrafalarias (como ejemplo te contaré que mi primer baño en el mar de cada año va precedido de una corta oración al Padre Neptuno y cada visita que hago a Roma, antes de empezar a visitar monumentos, paso por el Area Sacra y murmuro una pequeña oración a Jupiter por el alma de Cesar… yo soy así, tampoco puedo evitar pasar por delante de un altar mayor y santiguarme…), no es que crea en los malos augurios ni nada de esto, es simplemente unos rituales que tengo asimilados y que me gusta cumplir. El primero de ellos es ir a Largo Argentina y, junto al Area Sacra, recitar una pequeña oración (inventada por mi, claro, no se que conste ninguna oficial) a Júpiter por el alma de Caio Iulio Cesar, siempre desde la zona peatonal y mirando en dirección al Teatro Argentina. Supongo que ya lo sabrás, pero en ese sitio se encontraba el Teatro de Pompeyo, así como la Curia Pompeyana, lugar en el que se iban a reunir el Senado Romano, de forma accidental, ya que la Curia del Foro había sufrido daños y estaba siendo reparada, en los ya famosos Idus de Marzo del año 44 AC…, pero eso hablaremos ahora después.


            Bien, veamos, hay muchas formas de llegar desde el Panteón hasta la Piazza del Campidoglio, que era mi destino, pero, como ya he dicho antes, uno tiene sus manías y a mi, particularmente, me gusta bajar por Santa María Sopra Minerva (lateral izquierdo del Panteón, Via di Minerva), admirar lo que queda de uno de los muros de la Saepta Julia (esto es una reconstrucción), edificio planificado por Julio Cesar, aunque fue  construido por Marco Vipsanio Agripa y que, entre otras, tenía la función fundamental, durante la república, como lugar de votación, aunque más tarde, en la época de Augusto, Calígula o Claudio, se usó como recinto para luchas de gladiadores, sede de los Juegos Seculares e, incluso, como mercado… Lo que daban de sí los edificios romanos.

            Bajar desde Piazza della Rotonda hasta Largo di Torre Argentina, a través de Via di Minerva, es uno de esos pequeños placeres (digo pequeño porque el recorrido es corto) que ofrece Roma. Pero, hay tanta historia comprimida en este pequeño recorrido que es inevitable sentirse un poco intimidado… Por cierto, por curiosidad, puedes echar un vistazo a las tiendas de “moda religiosa” que hay en esta calle, de hecho, aquí tienen su establecimiento los hermanos Barbiconi (Christiana, Gabriele y Francesco), Barbiconi llevan vistiendo a los miembros de la curia desde allá por 1.900, así que…, ahora bien, parece que actualmente, Sus Eminencias prefieren acudir a Borgo Pio, a casa de Raniero Mancinelli, cosa de las modas, no?. En cualquier caso, es muy curioso echar un vistacillo…



            En fin, que, llegamos a Largo de Torre Argentina o, como común mente es conocida, al Area Sacra y aquí, si se me permite, voy a hacer una pequeña parada para hacer una cortita explicación de lo que puedes ver en esta área arqueológica, porque es bastante interesante, no solo porque aquí sea, realmente, donde le dieron a Julio Cesar las 23 puñaladas que lo mandaron a cruzar la Estigia en compañía del amigo Caronte (por cierto, de las 23 que le dieron, solo una le mató, la segunda, en el torax, según manifestaciones de Suetónio)
             Este es uno de esos sitios especiales que tengo en Roma, no ya solo por la genial librería que hay en la esquina con Via di Largo Argentina, “La Feltrinelli”, en la que me gusta realizar recorridos exploratorios en busca de música italiana, cine y algún que otro libro, o por mi querido “Il Delfino”, sitio genial para hacer una paradita y comerse un bocata o un trozo de Pizza con alguna bebida a un precio más que aceptable (también tienen self-service…), aunque siempre esté llena de turistas hambrientos…, sino por el Area Sacra en si… Bien, situándonos junto a la torre en si (llamada “torre del Papitto” ya que fue contruida, según la tradición, por Anacleto II, un antipapa bastante bajito, al parecer) y mirando hacia el Teatro Argentina, nos encontramos con varios restos, principalmente, es lo que más nos llamará la atención, con cuatro templos de la época republicana, denominados actualmente como (ojo con la imaginación de los arqueólogos…), de derecha a izquierda, Tempos A, B, C y D, de los cuales mejor no explico nada porque sería árduo, largo y, probablemente, especulativo, dado que, ni los historiadores consiguen ponerse de acuerdo sobre a quién estaban dedicados… Lo que más nos interesa son los restos que hay tras estos cuatro templos, justo pegando (incluso debajo, aún), del otro lado del Area. Estos restos corresponden a la Curia de Pompeyo, que, como ya he explicado más arriba, es donde, históricamente hablando, fue apuñalado Julio Cesar…


            (En el gráfico que hay junto a este párrafo podréis ver los templos A, B, C y D, así como, según la numeración: 1. Portico de Minuncia Furmentaria. 2. Ecatostylum o porche de las cien columnas. 3. Curia de Pompeyo. 4 y 5. Retretes públicos de la era imperial. 6. Oficinas y depósitos de la era imperial)
            Además de todo esto, también podréis comprobar que hay gran cantidad de gatos… El tema de los gatos es muy curioso en Roma, es una de las ciudades de Europa en la que más gatos he visto, es más, tienen su propia raza, el “Gato Romano” y, precisamente allí, se encuentra la sede de una asociación que se encarga de cuidarlos y alimentarlos (se puede acceder desde las escaleras que encontrareis en el lado derecho de la plaza, mirando desde el lugar en que nos encontramos, claro).


            Es curioso, he visto esta plaza casi de todas formas, de día, de noche, con sol y calor, con frio, con día nublado… pero como más me ha impresionado (no se si impresionado sería la palabra exacta) es en un día de lluvia. De pie, mientras me caía el agua por la cara y veía a la gente correr para resguardarse de la lluvia, vi llorar a las piedras… me encontraba solo, frente a la barandilla de metacrilato y metal, con la única compañía de un gato gris y blanco que, sentado bajo un banco de piedra, me miraba atentamente, supongo que pensando lo extraños que somos los humanos…fue una experiencia realmente sobrecogedora, no sabría explicar a ciencia cierta por qué, pero plantado en aquel lugar, con la única compañía de mi amigo, el extrañado gato bajo el banco, me invadió una indescriptible sensación de angustia y tristeza, imaginaciones mías, seguro, pero el agua caía por las columnas que aún quedan en pie, lentamente, llorando hasta el suelo…