FORO DE TRAJANO (1ª Parte).-
Mandado construir por Marco Ulpio Trajano, primer emperador de origen hispánico (nació en Itálica el 18 de septiembre del 3 d.C.) y financiado con el dinero
obtenido de la victoria sobre los Dacios (ex manubiis), encargó su construcción a su arquitecto de "cabecera", Apolodoro de Damasco (el mismo que construyó el puente sobre el Danubio y que reformaría totalmente el puerto de Ostia)entre el 107 y el 113 d.C.
Fue el último y el más imponente de
los Foros Romanos, con una superficie de 300 x 185 metros (imaginaros que un
campo de fútbol actual mide 120 x 95 metros). Era, en realidad, un complejo de
edificios entre los que se encontraban la Basílica Ulpia, en uno de los
laterales de la Basílica se encontraba el foro en sí, en cuyo centro se
encontraba una gran estatua ecuestre, en bronce dorado, de Trajano (¿recordáisla de Marco Aurelio que está en la plaza del Campidoglio?, pues de ese estilo,pero dos o tres veces más grande).
Justo al otro lado de la Basílica se
encontraba la Columna de Trajano (de la que hablaremos luego) y, flanqueándola,
dos bibliotecas, una latina y otra griega. Hasta hace no mucho se pensaba que
ahí acababa todo, pero en excavaciones posteriores se ha descubierto que, justo
frente a esta parte, existía un templo dedicado a Trajano y a su esposa Plotina
divinizados, al parecer, mandado construir por Adriano, del que, por ahora (se está excavando), solo puede verse un enorme capitel corintio y un fuste de granito gris de Egipto al pie de la Columna Trajana.
Como ya he mencionado antes, de los
foros la verdad es que no queda prácticamente nada, aunque se realizan
excavaciones y estudios continuamente, solo puede apreciarse parte del suelo
del Foro, con piezas de mármol amarillo traído desde Numidia y piezas de mármol
morado traído desde Frigia, además de parte de la gigantesca base de la planta
de la Basílica; bueno, para ser francos y, teniendo en cuenta la gran capacidad que tenía (y tienen) los romanos para "reciclar", habría que decir que, gran parte del friso con escenas de batallas, podemos disfrutarlas hoy gracias a Constantino, ya que las reutilizó para su Arco Triunfal, que se encuentra justo al lado del Coliseo…
BASÍLICA ULPIA.-
Con unas medidas aproximadas de 176 x
59 metros, constaba de cinco naves, siendo la central de unas medidas
aproximadas de 88x25 metros y un gran ábside semicircular en cada extremo.
Construida en dos alturas, se cree que la altura al techo de la nave era de 25
metros y la altura al tejado quizá llegara a los 30 metros, techo que, por
cierto, estaba construido con tejas de bronce dorado.
En este edificio no solo se
administraba justicia, como el las demás basílicas de la época, era, además, el
lugar escogido para la distribución de la “gracia y la liberalidad imperial”,
así como otros actos oficiales como la cancelación de deudas públicas, actos
relacionados con los registros de los ciudadanos romanos y la libertad de los
esclavos (Atrium Libertatis), incluso se dice que fue utilizada por Marco
Aurelio para llevar a cabo una subasta de objetos imperiales de valor a fin de
poder pagar sus campañas militares.
COLUMNA TRAIANA.-
He de reconocer que es una de mis
obras de arte favoritas, porque, al fin y al cabo, no deja de ser eso, una obra
de arte… y no puedo evitar pararme a mirarla cada vez que paso junto a ella.
Es, en realidad, el primer comic realizado en la historia, en sus cerca de 200
metros de friso y que da la vuelta a la columna 23 veces, se cuenta de una
manera impresionantemente detallada las dos campañas Dacias emprendidas por
Trajano. Es una secuencia continua de 155 escenas, en espiral, compuestas por
más de 2.600 figuras a una escala de dos tercios de la real aproximadamente,
por cierto, existe una reproducción en yeso en el Museo della Civiltà Romana en el barrio del EUR, para el que quiera disfrutar
este “comic” a una distancia adecuada…
Con una altura total de 38 metros (8
m. de la base, 19 m. de la columna y 2 m. para el pedestal de lo alto), está
compuesta de 17 grandes tambores de mármol blanco italiano. En la parte alta
había una estatua en bronce de Trajano en uniforme militar que, en 1.588 fue
sustituida por una de San Pedro. En el lado sudeste de la base existe una
inscripción que nos dice que el Senado y el pueblo romano erigieron la columna
en honor de Trajano en el 113 d.C. a la que se añade una inscripción específica
que reza: “ad declarandum quantae altitudinis mons et locus tantis
operibus sit egestus”, o sea: “para mostrar cuán alta era la montaña, lugar
de tantos trabajos, que había sido despejada”, para aclararnos, la altura de la
columna (38 metros) era la altura que tenía la colina del Quirinal en este punto antes de comenzar
la construcción del foro, toda esa tierra y rocas se movieron, una auténtica
obra de ingeniería, ¿verdad?.
Otra de las peculiaridades de esta
columna es que, junto bajo la inscripción de la que hemos hablado antes, hay
una puerta y esto es porque… ¡la columna es hueca!.
Esa puerta da paso a una escalera de
caracol, labrado en roca maciza, que asciende por el interior del fuste, con un
total de 185 peldaños e iluminada por 48 vanos, alguno de los cuales casi ni se
ven desde afuera…
Por cierto, os contaré una curiosidad
de la letra utilizada en esta columna, concretamente, en la inscripción que he
mencionado antes. Las letras de las inscripciones del Foro
de Roma, y en particular las de la inscripción de la Columna Trajana, son el
modelo de la letra mayúscula latina.
Por evolución, a lo largo de la Edad
Media, la corrupción de estas mayúsculas dio origen también a
las minúsculas. Los grabadores de tipos del Renacimiento y el Barroco las tomaron como modelo, siguiendo el modelo de la letra caligráfica “lettera antica formata” o “humanista” de Poggio
Bracciolini; así las de “Garamond”, o la célebre y más reciente “Times New Roman” de Stanley Morison. El moderno tipo
de letra para ordenadores “Trajan”,
diseñado por Carol Twombly, se inspira en el utilizado en esta inscripción.
Como he dicho ya, la columna es hueca
y por ella se podía ascender a la parte alta, desde donde se podían apreciar
unas vistas increíbles de los foros y, especialmente, del tejado de bronce
dorado de la Basílica Ulpia; esta ascensión hasta la plataforma superior, sobre
el capitel, significaba una ascensión hasta una altura de unos 35 metros, lo
que la hizo famosa por sus vistas; la plataforma estaba, además, provista de
una valla de metal que la rodeaba, de forma que los visitantes, unos doce o
quince a la vez, podían moverse y contemplar las vistas panorámicas en todas
direcciones.
La columna cumplía una doble función,
por un lado era un monumento triunfal y por otro, tras la muerte de Trajano, se
convirtió, también, en monumento funerario, ya que, en su base, se instaló una
urna dorada con los restos del emperador, aunque hay opiniones que manifiestan
que es posible que el friso se esculpiera después, que en su inicio, la columna
era totalmente lisa y que, tras la muerte de Trajano, en el 117 d.C., cuando la
columna, gracias a una dispensa especial del Senado, pasó a ser la tumba de
Trajano, es cuando se le incorpora el friso trabajado; el cuidado mostrado por
los escultores en los detalles, alguno de los cuales no pueden ser apreciados
desde más de un metro de distancia, hace pensar que el trabajo no fue encargado
por el Senado, sino por alguien que no reparó en gastos, afirmando, igualmente,
que probablemente fuera Adriano el encargado de sufragar tal obra… No sé,
quiero pensar que Trajano se tomó su tiempo en preparar, supervisar y detallar
su propia columna “publicitaria”, sería lo más lógico.
Por cierto, existe una pequeña
leyenda sobre la columna que, no creo que sea cierta, pero si es hermosa y curiosa,
os cuento:
Tras la muerte de Trajano en el 117
d.C., como ya he contado, sus cenizas, junto con las de su esposa Plotina
(muerta en el 122 d.C.), fueron colocadas dentro de una urna dorada en la base
de la columna. Estas se conservaron, en gran parte, gracias a la intervención
del Papa Gregorio Magno, el cual, al admirar los relieves de
la columna, quedó tan conmovido por uno de ellos que representaba a Trajano
ayudando a una mujer cuyo hijo había resultado muerto, que rogó a Dios para que
rescatara el alma de Trajano del infierno. Esa noche Dios se le apareció al
Pontífice y le anunció que el alma de Trajano había sido salvada, pero le pidió
que no volviera a rogar por el alma de ningún otro pagano. Según la leyenda,
cuando las cenizas de Trajano fueron exhumadas, su calavera y su lengua estaban
intactas, tanto que la lengua relató la salida del infiero, por lo que el
terreno que rodeaba la columna fue declarado sagrado.