sábado, 30 de noviembre de 2013

MUSICA DA RECORDARE...



                    Y, cuando te das cuenta, tienes que volver a la normalidad diaria, no ahora, nosotros seguiremos con este mi viaje, contando y visitando sitios nuevos, pero, incluso aquí, tocará volver...


                    Te toca regresar a casa y, ya en el avión, recuerdas cada momento que has pasado, lo que has visto o lo que te ha quedado por ver... ese rincón que se te ha quedado "pillado" y en el que habrías pasado horas y horas sentado/a, dejando transcurrir el tiempo, sin prisa, como si nada, en ningún lado, fuera tan importante como disfrutar de ese momento. Aquella noche, cerca del Panteón o ese atardecer en el giardino degli aranci, mirando al infinito, con la ciudad a tus pies...


        Todos tendemos a poner una banda sonora a nuestras vidas, cualquiera de nosotros imagina un momento de su propia historia y, seguidamente, como con un vínculo emocional, aparece una canción, una pieza musical que relacionamos directamente... el primer día de instituto, el primer día que lo/la vi, ese viaje que, con tanta ilusión, preparé, un primer triunfo o una primera derrota... En los viajes reducimos esa experiencia vital a un microsegundo, un instante en nuestras vidas pero que, como en el resto, llenamos de música en nuestra cabeza y que luego, de forma inseparable, asociamos a todo un conjunto o a un solo momento de esa experiencia... Roma no es distinta, todo suena a música, en la calle, en los bares, en cualquier sitio hay alguien tocando algún instrumento, silbando una melodía o cantándola... Puede que sea el carácter latino o el italiano o, incluso, el romano, pero, no nos engañemos "una razza, una faccia", con ligeras diferencias. La música forma parte de nuestra cultura y nos acompaña cada minuto de nuestra vida...


        

                 No se cual será la música que os acompañará u os ha acompañado en vuestro "viaje", no se cual es el recuerdo que asociáis a cada canción o que canción a cada recuerdo, pero, en mi caso, son cientos las canciones o las melodías que me acompañan cada día. Una de mis actividades favoritas, cada vez que visito la Cittá es hacer una "incursión" en La Faltrinelli y hacerme con unos cuantos cds de los que no puedo comprar en España, los mismos que luego repaso una y otra vez en casa y que me hacen volver a revivirlo todo, sinceramente, os lo aconsejo, aunque tampoco está mal ir preparado con una batería de buenas canciones para ir escuchando por la calle (cuidado con el tráfico).


        Solo quería poneros algo de música, algo de lo que escucho para recordar y encontar MI ROMA, no es, como podéis ver música muy convencional, pero es la que más me gusta y, bueno, me han salido todo voces femeninas, aunque también hay alguna masculinapor ahí... No puede faltar un Masini o un Baglioni, incluso algún Battisti o Jovanotti... (seguro que olvido a más de uno). Pero y esto es desde el principio, lo que no puedo evitar tararear cada vez que dejo Roma es aquella vieja melodía del querido Claudio Villa...




          Buen viaje a todos y buena música en vuestra vida...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

UN JARDIN CON HISTORIA...




            El objetivo del viaje, como ya he dicho, era descubrir nuevos sitios, visitar lugares que, por un motivo u otro, me había sido imposible ver en mis viajes anteriores a Roma, bueno, no negaré que me fue imposible dar una vueltecita por algunos sitios que, a pesar de tenerlos ya muy “trabajados”, me resulta imposible no ir, más que nada porque, a través del tiempo, he descubierto que nunca son iguales, siempre se descubre algo nuevo en lo que antes no te habías fijado (caso del Castell de Sant’Angelo) o, simplemente, con otra luz, otro momento del día o incluso otra estación, parece radicalmente distintos…

            Uno de los sitios que no había conseguido visitar con anterioridad, a pesar de conocer su existencia desde hace bastante tiempo, es el que nos ocupa ahora, un sitio que, por su estacionalidad, es imprescindible un tiempo y un momento adecuado para disfrutarlo como es debido. Es un jardín de rosas en pleno centro de Roma, bueno, no es un simple jardín de rosas, es EL Jardín de Rosas, es la colección de rosas más grande de Europa, con más de cien tipos distintos de especies, es un museo al aire libre, es el “Roseto Comunale di Roma”.


            Este jardín, que abre sus puertas todos los días desde mayo a octubre, tiene una larga historia, creado en 1931, su anterior ubicación fue cerca del Coliseo, pero fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial. En 1950, el Ayuntamiento decidió reconstruirlo, pero carecía de un terreno lo suficientemente grande en el centro de la ciudad para instalarlo, de forma que, en acuerdo con la comunidad hebraica de Roma, se decidió instalarlo en su ubicación actual, terreno que había sido anteriormente el cementerio judío, el cual fue trasladado en 1936 al Cementerio del Verano.

            Para homenajear a la comunidad judía que había cedido el terreno, a la entrada del jardín podemos ver, en el suelo, una loseta con la Estrella de David y las calles que lo conforman fueron diseñadas imitando los brazos del menorá o candelabro ceremonial judío…, me parece una homenaje francamente bonito…


         Se encuentra justo al lado del Circo Máximo, enfrente del Palatino, podréis encontrar su entrada junto al gigantesco monumento a Giuseppe Mazzini. El  jardín, de unos 10.000 metros cuadrados, está dividido en dos zonas por una calle asfaltada (Via di Valle Murcia), en la primera zona podremos encontrar una muestra de las variedades que permiten contemplar la evolución desde la antigüedad hasta la actualidad. Esta sección, además, se subdivide en tres secciones más, a saber: 1.- Rosas botánicas. 2.- Rosas antiguas. 3.- Rosas modernas.

-                              La segunda zona, más pequeña, está dedicada a rosas de nueva creación, de hecho, cada año se organiza un concurso el “Premio Roma”, en el que participan  rosas traídas de todo el mundo, permaneciendo en este jardín expuestas durante dos años.


Dar un paseo por este jardín una mañana de sábado  del mes mayo, como tuve la oportunidad de hacer yo, con solecito (creo que debió ser uno de los pocos días en que lo hizo), es algo totalmente inexplicable…, los colores, los olores, el murmullo de la gente (murmullo de gente en un parque, algo a lo que no estamos acostumbrados en España, lo se) y el Palatino de fondo… Me faltaba mi banda sonora, otra vez, que, teóricamente debería de estar sonando en mi ipod, que traía preparada desde casa y que dejé olvidado en el avión, nada es totalmente perfecto, pero, hay momentos que se acercan mucho.

No pude evitar volver la vista más de dos veces cuando me alejaba por la Via di Valle Murcia en dirección a Via Santa Sabina para subir a la Piazza dei Cavalieri di Malta, otro de esos sitios pendientes…

Por cierto, algo de historia clásica de Roma... El área situada a la derecha de la Via di Valle Murcia, en la ladera inferior de la colina del Aventino, es donde se encontraba el templo de la antigua diosa romana Flora.


Flora, la diosa de las flores, la vegetación y la fertilidad, era la encargada de proteger la floración de los cultivos y las flores y se representaba, según Ovidio, como la diosa "coronada con guirnaldas de mil flores"

Flora fue considerada una diosa menor, sin embargo, en su honor, se celebraban las Floralias o Ludi Florales todos los meses de abril (según el calendario establecido por Julio Cesar, desde el 28 de abril al 3 de mayo).


            Os propongo un reto, si tenéis a bien hacer una visita a este jardín, debéis encontrar una de las variedades de rosa más extrañas que se conoce y que si que podréis “disfrutar” en este jardín, su nombre es Rose Phoetida y su característica fundamental es que su belleza es solo superada por el terrible olor que despide, curioso, no?