jueves, 31 de marzo de 2022

La medicina en la antigua Roma y el papel de la mujer en esa medicina

      En Roma siempre hay algo que descubrir, algo que te sorprende y te llega de una manera especial

       En este último viaje descubrí algo en el Museo de los Mercados de Trajano (no era, obviamente, la primera vez que lo visitaba, pero, como ya he dicho antes, siempre hay algo en lo que no te habías fijado antes y te sorprende desde algún rincón) que me dejó una fuerte impresión y me hizo comenzar a darle vueltas y estudiar el tema que me ha traído hasta esta nueva entrada. Aunque, ahora y visto el resultado, creo que hubiera sido más un tema a tratar por mi amiga Isabel Barceló en su genial blog “Mujeres de Roma”, no obstante, con su permiso, voy a hacer yo una pequeña incursión en lo que, creo, es un tema totalmente desconocido para la gran mayoría de la gente.

Inscripción funeraria de Assilia Polia



          Pero creo que será mejor que empecemos por el principio... Como decía, me encontraba explorando y vagando por las Salas de la Gran Aula del Museo de los Mercados de Trajano, cuando me encontré una de esas exhibiciones que, de forma temporal, exponen llamada "Made in Roma: Marcas comerciales de producción y posesión de la sociedad antigua", esto es, marcas comerciales, logotipos y firmas que, como hoy en día, rodearon la vida de los romanos (conviene informarse sobre las exhibiciones que hay proyectadas en cada museo, hay muchas y muy interesantes), en una pequeña sala lateral encontré una placa con una inscripción funeraria que decía:
"Assilia·L·f·Polia/medica·h·a·e/vixs·a·LXV/Euscius·l·d·s" o lo que es lo mismo: "Assylia·Luci·filia·Polia/medica·hic·sita·est/vixs·annis·LXV/Euscius·libeertus·de·suo·fecit", o sea: "Assilia, hija de Lucia, médica, reposa aquí/vivió sesenta y cinco años/la hace (esta inscripción)el liberto Euscius a su cuenta" y, junto a esta inscripción, un relieve perteneciente al lateral de un sarcófago con una escena de una visita a un médico en lo que, parecía ser, una revisión oftalmológica.
      Desde hace mucho tiempo, he procurado leer todo lo que caía en mis manos sobre la antigua Roma, sus tradiciones, sus costumbres, sus leyes, pero, sinceramente, nunca había caído en mis manos nada sobre el mundo de la medicina en la antigua Roma, y, desde luego, jamás había oido que, ya en esta época, existieran médicas, aunque no sé de qué me extraño...



           Me gustaría empezar la entrada (a buenas horas, ¿no?) con una pequeña introducción sobre la medicina en la antigua Roma, trataré de no extenderme mucho, pero creo que será necesario para que todos tengamos algo más claro de que iba la historia, ¿vale?
          Bien, veamos... Aunque la cultura etrusca apenas había desarrollado un corpus médico, si parece bastante claro que tenía ciertas habilidades médicas, sobre todo en el campo de la odontología, pero lo que si parece totalmente claro es que, la medicina en la antigua Roma, no es más que una prolongación del conocimiento médico heredado de los griegos.
           La importancia que iba tomando la ciudad de Roma, sobre todo durante las primeras épocas de la expansión, atrajo a importantes figuras médicas griegas y alejandrinas, convirtiendo la ciudad en el principal centro médico, clínico y docente del área mediterránea, dando cabido a figuras tan importantes como Asclepíades de Bitinia, Censo o Galeno.
            Digamos que la medicina romana se centró en tres "escuelas" de pensamiento médico:
         1.- Escuela Hipocrática: Obviamente fundada por Hipócrates de Cos, que refería, como causa de las enfermedades, a los "humores", básicamente sostenía que, la enfermedad, era el resultado de un desequilibrio en el cuerpo de los cuatro humores, unos fluidos que, en las personas sanas, se encontraban naturalmente en una proporción semejante (pepsos). Cuando los cuatro humores (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema) se desequilibraban (dyscrasia, mala mezcla), el individuo enfermaba y permanecía enfermo hasta que se recuperaba el equilibrio. Por ejemplo, se creía que tomar cítricos, era beneficioso cuando había exceso de flema...
        2.- Escuela Metódica: basada en los trabajos sobre el "atomismo" de Demócrito que explicaba la enfermedad a través de la influencia de los átomos que atraviesan los poros del cuerpo (un claro anticipo de la teoría microbiana). Sus tratamientos estaban orientados, entonces, a la recuperación de la armonía corporal perdida por la influencia de los átomos: dieta, masajes, baños, ejercicio, eméticos y sangrías, fundamentalmente. Recomendaba, igualmente, el uso moderado del vino.
       3.- Escuela Pneumática: que se desarrolla durante la era cristiana. Si los hipocráticos se referían a los humores líquidos como la causa de la enfermedad y los atomistas a  la influencia de las partículas sólidas denominadas átomos, los pneumáticos (si, si, ya lo se...)verían en el "pneuma" (el gas) que penetra en el organismo a través de los pulmones, la causa de los trastornos patológicos padecidos. 

      Vale, ya sabemos que nos dicen las diferentes "escuelas" médicas que primaban en Roma, pero, ¿ qué tipo de médicos había?, es decir, ahora tenemos especialistas, ¿y en Roma?. Pues, más o menos, si... en Roma la casta médica se ordenaba poco más o menos como ahora,. Existían los médicos generales (medici), los cirujanos (medici vulnerum o chirurgi), oculistas (medici ab oculis), dentistas y especialistas en oidos. Además, las legiones romanas disponían de un cirujano de campaña con un equipo capaz de instalar un hospital (valetudinaria) en pleno campo de batalla, para atender a los heridos durante los combates... También hay que tener en cuenta que no existía, como ahora, una regulación oficial para ser considerado médico, aunque, a partir de Julio Cesar, se estableció un cupo máximo de médicos que podían ejercer en cada ciudad.
      Pero, ¿y el espacio?, ¿existía un, digamos, espacio médico en la Roma antigua?, pues no, en Roma no existían los hospitales civiles (ya sabemos que si había hospitales de campaña). Recordemos que el ejercicio de la medicina no estaba regulado por el Estado, era una actividad particular, de forma que se ejercía en casa de los pacientes, en casa de los médicos, que reservaban una habitación para este menester o bien la vía pública (las llamadas medicae o abernae medicae), donde algunos ofrecían sus servicios en una especie de combinación de consulta médica y dispensario famacológico. No será hasta la llegada del cristianismo y su práctica de la caridad, cuando se fundan los primeros hospitales civiles, en los que los pobres serán atendidos gratuitamente, creciendo en el imperio la conciencia hospitalaria social y fundándose los primeros grandes hospitales cristianos, como el fundado en Roma por Fabiola de Roma.

Fabiola de Roma

       Visto todo lo anterior, es el momento de abordar el tema que pretendía desde un principio... ¿y las mujeres?, ¿ejercían las mujeres la medicina en la antigua Roma?... Pues sí, la ejercían igual que sus colegas hombres. Numerosos testimonios escritos informan sobre la existencia en Roma de mujeres que ejercían la medicina y no estaba su práctica solamente limitada a las afecciones femeninas propiamente, también abarcaban otros sectores, aunque fueron el área ginecológica y la obstetricia en los que un mayor número de mujeres ejercieron la práctica de la medicina.
       En cualquier caso, podemos distinguir tres categorías médicas:
 
      1.- La Obstetrix: Literalmente, "la que se coloca delante", en una alusión obvia a la posición que ocupa la comadrona en el parto. Su función principal era asistir a las parturientas, aunque, a veces, también administraban drogas para provocar abortos o lograr la fertilidad. Curiosamente, otra de sus funciones era mediar en disputas legales ligadas a herederos póstumos o con las mujeres que decían no estar embarazadas en los divorcios, para privar de un heredero a su exmarido, también corroboraban la virginidad de las esclavas jóvenes (con el cristianismo pasarán a hacer lo mismo, pero con las religiosas, a las que se exigía demostrar que eran vírgenes)
      2.- La Medicae: Aunque, dada la ausencia de titulación oficial, era difícil diferenciar entre estas y las anteriores, se suele aceptar que, la medica, tenía mayor nivel de instrucción, además, no limitaban su campo de práctica a la ginecología y la obstetricia, se ocupaban también de otros sectores de la medicina. Este era el campo de acción de nuestra Assilia Polia, con la que hemos comenzado la entrada. Como es normal, al ocupar un espacio social más elevado que las primeras, el número de mujeres libres entre las medicae era más alto e, incluso, existen testimonios de alguna que, igual que sus colegas de profesión varones, hicieron fortuna gracias a su profesión (caso de Metilia Donata, cuyo monumento funerario se conserva en el museo de Lyon)
      3.- La Iatromea: Aquí si que nos metemos en un sembrado... no queda nada claro en ningún estudio cuales eran las funciones reales o grado de instrucción de estas profesionales, lo que parece claro es que estaban en un rango intermedio entre la obstetrix y la medicae, lo que implicaría el conocimiento de ambas disciplinas, aunque también hay quien dice qu estaría en un rango superior a la medicae...
  
Monumento funerario de Metilia Donata


          Por cierto, dado que existían medicae que ejercían la medicina general, no sería extraño pensar que abrieron sus propios locales, igual que sus colegas varones; en el caso de las obstetrices, es diferente dada la naturaleza de su labor, sería lógico pensar que, ya que se dedicaban, esencialmente, a la asistencia en partos, no parece necesario que contaran con un local específico para su ejercicio, lo más natural es que acudieran a la residencia de la paciente para atenderlas allí.

       En fin, espero que os resulte interesante este pequeño “ladrillo” que he subido, pero creo que es muy curioso saber algo más de la vida cotidiana en la antigua Roma. Si alguno os habéis quedado con ganas de saber más, os emplazo a que busquéis por internet. Yo, particularmente, he utilizado el interesantísimo trabajo “El espacio de la mujer en la medicina romana” de José Pablo Barragán Nieto, también hay un blog muy interesante sobre este tema, ARRAONA ROMANA, en el que hay una entrada muy interesante sobre la medicina femenina en la antigua Roma.